Ir al contenido principal

Entradas

Destacado

Hacia el Norte

Se entrevén luces en las ventanas. Cálidas. Desde donde me encuentro, tres chiquitas y una grande. Lucecitas cuelgan desde el barandal de la entrada, y también desde el techo. Amarillas. Siempre me gustó el color amarillo. Contrasta con el violeta del cielo, azulado a medida que los minutos se llevan lo que queda del Señor Sol. ¿A qué hora llega la Señorita Luna? - susurra una voz diminuta a mi lado. ¿Pueden las voces ser diminutas? Agotamiento. Sed. Todo sucedió tan fugazmente como aquella estrella que cayó, que arrasó con las formas conocidas, con lo normal, dirían los grandes.  Pero todo sigue siendo normal , pienso yo. Los pinos son altísimos, de color verde. Las casas tienen techitos a dos aguas, como la que logro ver en este momento. Tienen chimeneas humeantes, y un caminito que nos lleva a ellas. Los sillones, siguen siendo rojizos. Tal vez más naranjosos, dirían los grandes. O tal vez no usarían el término naranjoso. No sé. ¿En qué pensás?- vuelve a susurrar la vocecita. No l

Últimas entradas

¿Será?

Sabía.

¿Y si estuvo ahí y no lo supiste ver?

Silencio